viernes, 1 de marzo de 2013

On fire

La fecha ha llegado. Había señales, y no eran difíciles de interpretar. Destellos en el cielo y rumores en las calles. No, no, no estoy hablando de las profecías de Malaquías. Estoy hablando de algo importante de verdad. No es que tenga un especial afán localista, pero hay una época del año, que viene a ser esta, en la que el localismo, más que atraerme, me engulle, directamente*. Del 15 al 19 de marzo, especialmente, pero oficialmente a partir del 1 de marzo, esta ciudad se transmuta, el paisaje urbano se transforma y Valencia-a secas se convierte en “VALENCIA EN FALLAS”.


Por eso me parece necesario aprovechar esta plataforma no solo para desahogarme antes de que empiece el tumulto, sino también para ofrecer a los no iniciados una pequeña guía para una de las fiestas más populares del mundo. En este caso, mi guía se podría resumir en una palabra: HUID. Pero me extenderé un poco más. Empecemos contextualizando la cuestión. Las Fallas se celebran en honor de San José. Algunos autores atribuyen a la fiesta un origen pagano, relacionado con la llegada de la primavera. Según la versión popular, su origen estaría en una tradición de los carpinteros que, coincidiendo con la fiesta de su patrón quemaban los trastos viejos a modo de purificación y, de paso, para hacer limpieza. Estos restos de stock habrían evolucionado con el tiempo a los actuales ninots.

rita on fire

Bien, ahora situémoslas geogáficamente. Para este propósito utilizaré dos maravillosos mapas elaborados por G. para su blog Una Pregunta, en el que relata la vida de un italiano en la ciudad del Turia. Miremos el mapa 1: la celebración de las fiestas de San José se extiende por gran parte de la geografía valenciana, incluyendo parte del "Reino de los Fabra", la zona de "ricos de vacaciones" y la que "no se sabe por qué forma parte del País Valencià" y llegando hasta "casi Murcia". Otras zonas de la costa levantina también tienen lo suyo. En Castellón de la Plana se celebran, también por estas fechas (precisamente empiezan mañana), las Fiestas de la Magdalena (los hipsters las podéis llamar Muffin Party o Muffinfest), que conmemoran la fundación de la ciudad y en las que se pasean unos monumentos llamados gaiatas que ni siquiera los nativos de la capital de la Plana llegamos a comprender. En Alicante se celebran las Hogueras, coincidiendo con San Juan y el solsticio de verano, y también con un componente piromaníaco significativo. Para más fiestas, os remito a la web de turismo de la Comunitat Valenciana, más que nada porque tengo una (poca) vida al margen de este blog.


Centrándonos en Valencia capital, y si miráis el plano número 2, las fallas invaden casi todo el trazado urbano, pero se concentran esencialmente en la zona marcada en azul ("calles en las que te pierdes" y "turistas y locales caros" aka El Carmen) y el área "radical chic y modernos", más conocida como Ruzafa. Llamémoslas "zona cero 1" y "zona cero 2". Internarse en cualquiera de las dos durante las fiestas puede tener consecuencias imprevisibles, pero no hay que temer: están bien delimitadas y disponen de una señalización luminosa que las hace inconfundibles:


Hay otra manera de reconocer las zonas de batalla. Uno: huele a pólvora. Dos: se escuchan de manera continua explosiones de diversa intensidad. No te asustes, forastero ("forastero" me parece algo que podrían decir, indistintamente, el sheriff de Tombstone o una señora de un pueblo de Albacete). En Valencia, durante las Fallas, la pirotecnia es como una religión: los niños tiran petardos, los adolescentes te tiran petardos a la cara y las alcaldesas te pueden pegar un petardazo cuando menos te lo esperas:


Más pistas: durante estas fiestas, en general toda la ciudad pero especialmente las "zonas cero", tienen una banda sonora característica que comienza a atacar los oídos de los residentes a las 8 de la mañana y no deja de hacerlo hasta la madrugada. La selección musical puede oscilar entre los éxitos veraniegos del momento (las Fallas se celebran en invierno, por lo que por lo general estamos hablando de veranos pasados), algunos imprescindibles de la canción popular valenciana y, en general, clásicos de la música de fiesta, como la mítica Paquito el Chololatero, ya sea en su versión tradicional o reinterpretada por los genios modernos...


... u otros no menos míticos, como Amparito Roca, un must de las tardes taurinas falleras que así, de por sí, no impresiona especialmente, pero que tocada por una banda de la USA Air Force, con todos sus miembros ataviados con ropa de campaña... PUES SÍ:


Todas estas pistas os ayudarán a localizar las zonas que los visitantes quieren encontrar y la mayoría de los locales, evitar.  Tal vez penséis que me estoy quejando demasiado. Que lo que pasa es que soy una persona huraña e irascible que no soporta que la gente se divierta a su alrededor. Tenéis parte de razón. Pero debéis saber también que estas líneas las escribe alguien que ha visto, casco en cabeza, una mascletà en la Plaza del Ayuntamiento, y no fuera sino dentro del perímetro de seguridad. Una persona que ha quemado en su patio interior una falla hecha con rollos de papel higiénico mientras cantaba el himno fallero y era rociada por los vecinos de arriba con un vaso de agua. Porque sí, clama al cielo que la ciudad se convierta en territorio comanche durante más de quince días por la ley de L'Oréal, que no puedas dormir ni desplazarte con normalidad, pero el fuego, en Valencia, Alicante y Castellón, tira.

El fuego, en todas sus variedades, es una de las grandes atracciones de las Fallas. Por algún motivo, el ser humano gusta de esa sensación de peligro que ofrece el cálido elemento, y que en las Fallas se ofrece en múltiples formas: que te estalle un petardo en las manos, que te tiren uno y te produzca quemaduras, o bien achicharrarte poniéndote en primera fila la noche de la Cremà. Cosas que molan. En Valencia, en Fallas, todo es ardiente. Las noches, el aceite de (re)freír los buñuelos y, como bien sabía El Titi, el amor:


Porque las Fallas son también escenario de historias de amor. No creo necesario traducir el dicho "Si en Falles no folles, en Pasqua no falles". En fin, igual decir "amor", a lo Haneke, es pasarse, pero seamos francos, la gente va muy cocida y eso facilita las cosas. No lo voy a contar yo. Nunca cuento nada que ya se haya contado antes. ¿Por originalidad? No, por pereza. Cristinita Percances relata perfectamente lo que es un Amor fallero:


En fin, después de esta pequeña introducción a las Fallas cada uno debería ser capaz de tomar su propia decisión. Tenéis 15 días para pensarlo. 15 días, en mi caso, para ver cómo las carpas falleras se ciernen sobre mí, cómo Rita Barberá luce, día tras día, sus mejores galas en el balcón del Ayuntamiento antes de la mascletà y para que el olor a churrería invada mi pituitaria hasta prácticamente atrofiarla. Yo lo tengo claro, como todos los años. Si venís a Valencia, avisadme y quedamos. Pero en otras fechas.

*Nota aclaratoria: no nací en Valencia, pero llevo 14 años viviendo en la ciudad y, según I., que es de Valencia de toda la vida, el empadronamiento y el conocimiento del callejero me otorgan el sello de valencianidad a todos los efectos.

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