lunes, 17 de septiembre de 2012

Sexo, sexo, sexo

Hoy quiero confesar que soy fan de una película que ni siquiera he visto, Joven y alocada (2012), un filme chileno sobre el despertar sexual de una adolescente. Eso es lo que han hecho de mí la saturación de estímulos audiovisuales, la Web 2.0 y la modernidad líquida. Quién sabe cómo llegas a un tráiler, lo ves, te atrapa y ya no hay escapatoria. Puede que influya que la música sea pegadiza (Javiera Mena es lo que tiene), puede que me haya dejado guiar por su premio al mejor guión en Sundance, o que me haya conquistado el encantador descaro con el que admiten haber plagiado el tráiler de À bout de souffle, o puede que, aunque sea con un aire intelectual, el sexo todavía venda. Esta máxima, la de que el sexo vende, es un axioma en publicidad y, hasta ahora, pese a que algunos han querido negar la mayor, parece que se mantiene intacta.


En Joven y alocada (que no, que no la he visto, pero me he leído el argumento y he atado muchos cabos viendo el tráiler) Daniela, una adolescente santiaguina de 17 años, de familia evangélica, es expulsada del colegio (por fornicaria) y castigada a trabajar en un canal de televisión también evangélico (qué poco hemos sabido aprovechar en España las posibilidades de la tdt), donde comienza una relación a dos bandas con un muchacho guapetón y una chica bastante apañada. Sé lo que estáis pensando: con lo que nos cuesta a algunos, a esta le salen a pares. Pues es así. Y como tiene dónde elegir, experimenta con el sexo. La cosa iniciática.

Joven y alocada

Esto no tiene nada que ver con lo que quería contar, pero me encanta la sensación de escribir sobre una película que no he visto. Supongo que ahora sé cómo se sienten algunos críticos de cine. Lo que quiero decir es que el ser humano es primario cual mono en celo. Según Freud, hay dos tipos de impulsos que condicionan la conducta humana: la pulsión de sexo y la pulsión de muerte. Eros y Thánatos. Definir aquí el concepto de pulsión sería complicado, y además no me apetece. Pero así, en corto, la pulsión de muerte nos hace tender a la destrucción y la pulsión sexual, a la autoconservación. Algunos de los vídeos que veréis a continuación apelan simultáneamente a ambas pulsiones, es decir que en un principio parecen ofrecer la satisfacción del impulso sexual, pero luego acaban dando ganas de tirarse por un barranco.

Eros y Thánatos, Sonia Monroy y Yola Berrocal. Tanto monta. Se pueden repartir las pulsiones como les dé la gana, se las pueden ir cambiando, el resultado va a ser el mismo. Tras varios intentos en solitario y en grupos ya desaparecidos, como las Sex Bomb (hola de nuevo, Sigmund), Yola y Sonia siguen fieles en Boys (Summertime love) a su filosofía: “tiran más dos tetas que dos carretas”, o en su versión valenciana “tira més un pèl de figa que una maroma de barco” – y yo no quería caer en lo ordinario, no, qué va. La canción es lo de menos, una versión de Boys, boys, boys de Sabrina (que merecería un post aparte). El videoclip, dirigido por la propia Sonia Monroy, es el que crea toda la confusión: tetazas - ¿Eros?; tipos mazados - ¿Eros?; porras y esposas - ¿Eros? ¿Thánatos?; barras de pole dance - ¿Eros?; #hijostróspidos - ¿Thána… Eros?; momento pseudolésbico entre Yola y Sonia - ¡Thánatos! ¡Thánatos YA!


Algo parecido pasa con el, hasta el momento, único intento de Two Yupa, española de origen tailandés (no lo digo yo, lo dice ella, y tiene un DNI para demostrarlo), de ir a Eurovisión. Ojo con Two Yupa. Two Yupa esconde bajo sus voluptuosas curvas una mujer del renacimiento. Cantante, presentadora, cinturón negro primer dan de kárate, monitora de fitness, diploma avanzado en nutrición deportiva y, no lo olvidemos, conocida por un supuesto romance con Rappel. Los ingredientes del videoclip son parecidos a los del caso anterior. Ella es Provocación. Provoca deseos ardientes y pasión, y baila sexy - mueve sexy. Yo no digo que no, podríamos estar en el camino del Eros, pero esos estilismos, esa coreografía y las caras de los “chulazos” conducen sin remedio a Thánatos. No, no fue a Eurovisión.


Y a veces puede pasar que, poseída por la pulsión sexual, te levantes un día, te mires al espejo, te veas sexy como nunca y decidas explotar toda tu ¿sensualidad? y regalársela al mundo (sobre todo si eres Lorna Bliss y ya tienes antecedentes). Así que te pones un mini bikini y un mono de malla y te vas al casting de X Factor UK a cantar por Britney Spears mientras persigues a Gary Barlow como una perra hedionda (con "h" aspirada). Y cuando el jurado te pregunta, atónito, de qué va todo eso, contestas: “I’m trying to stick out from the crowd, that’s the whole point, ist’t it?”. Y cuando Gary Barlow te cuenta una milonga sobre la voz y la presencia escénica, le miras con cara de “¿qué me estás contando, viejuno? Si en Take That había tres que solo estaban de figurantes”, y por dentro te cagas en su moral victoriana, y Nicole Scherzinger te dice que no te puede tomar en serio y piensas "ya, claro, las Pussycat Dolls son conocidas por su seriedad", y te vas, sabiendo que Eros y YouTube te rescatarán del olvido.


Por cierto, no sé cómo termina la película. De hecho me da un poco de reparo verla, por si no cumple las expectativas que me ha creado el tráiler. ¿Sabéis esas personas que van por ahí diciendo: "pues a mí me gustó más el libro"? Yo diría: "pues a mí me gustó más el tráiler", y la gente me miraría raro. Me he vuelto a ir del tema. No os dejéis condicionar por este plantel de estrellas de la canción. La silicona no es natural, pero el sexo sí. Aunque si queréis practicarlo con garantías (de disfrute), mejor olvidad todo lo que habéis visto. O no. Sobre gustos...

2 comentarios:

  1. Estos vídeos me han dejado 'el chorifly en llamas'.

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    1. "El infierno no es una metáfora", es Yola Berrocal dándose el lote con Sonia Monroy.

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