Lo soltaré así, en frío: he pasado todo el mes de agosto en
la ciudad. Cuando vives en un lugar turístico, en este caso Valencia, agosto es
un mes de contrastes. Durante el día los visitantes llenan las calles y les dan
algo de vida, incluso demasiada, pero por la noche vuelven a sus alojamientos
(porque la jornada del turista es agotadora) y, salvo en algunas zonas aisladas, la
ciudad vuelve a ese estado desértico natural en verano. ¿Incluso ahora, en
tiempos de crisis? Sí, incluso ahora, vayas por donde vayas, parece que detrás
de cualquier esquina vaya a salir un zombi, confirmando tu impresión de que
eres la última superviviente de un holocausto nuclear.
Pero agosto pasa y los veraneantes deben regresar. Hace unos
días pude comprobar, aliviada, que la ciudad retomaba su actividad, las tiendas
volvían a abrir, lo siento, aparcar se hacía más difícil y sobre todo, sobre
todo, las modernas empezaban a estar de vuelta. Porque una ciudad sin modernas no es
ciudad.
Pero, ¿qué es realmente una moderna? Para empezar, a la hora de encontrar
una definición orientativa de "moderna" (del latín modernus, de hace poco, reciente) he tenido que consultar no la
Wikipedia (el súmmum de la erudición de baratillo), sino la Frikipedia. Más. Una
moderna, sustantivo epiceno, no es exactamente lo mismo que un hipster y desde luego no es lo mismo que un gafapasta.
Una moderna ni siquiera es una moderna a secas, porque hay muchos tipos de
moderna.
Una moderna (ya sea diseñador gráfico, licenciado en
Comunicación Audiovisual, parado o las tres cosas a la vez) tiene un determinado
sentido estético, un santoral musical inaccesible para profanos, una serie de
locales fetiche y un asiento reservado en la filmoteca, aunque sea para echar
una cabezada. A partir de ahí, una moderna puede o no llevar gafas de pasta, puede
o no llevar barba y puede o no vestir ropa vintage
(de acuerdo, puede no hacerlo pero está claro que debería). Detalles
relativamente poco importantes. De todas formas, igual me estoy liando.
Intentémoslo de otra manera. ¿Habéis oído la expresión “por
sus obras los conoceréis”? Pues bien:
Ejemplo 1: Podríamos pensar que una moderna jamás bailaría
la Macarena, por pura dignidad. Error. Una moderna SÍ puede bailar la Macarena.
No la versión de Los del Río, pero sí una experimental de Mursego en euskera.
Ejemplo 2: A las modernas NO les gusta “ver a las chicas en
minifarda y piropear”. Por eso Manolo Escobar, por más que quiera, no es moderno. Aunque sí español.
Ejemplo 3: Una moderna escucha a Los Punsetes y no tiene muy
claro si van en serio o no (las cosas de la posmodernidad), pero por si acaso
hace como que SÍ.
Ejemplo 4: Una moderna NO ama Mercadona, porque es
mainstream (una moderna sabe lo que quiere decir mainstream).
Quién sabe, yo misma podría ser una moderna. Aunque no hay
manera de comprobarlo, porque una moderna NUNCA se definiría como tal. Tal vez tú
también seas una moderna. Y te querremos igual.
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