sábado, 30 de marzo de 2013

Cumbia, muerte y resurrección

Vosotros no lo sabéis, y yo podría no decir nada, pero llevo un par de días inmersa en una espiral (bastante incómoda) de sinceridad incontenible, y lo voy a confesar: este blog ha estado muerto. La astenia primaveral, mis ya célebres fluctuaciones de humor y, sobre todo, la falta de inspiración, me habían hecho certificar su defunción. Así, sin previo aviso, de golpe seco. Pero hemos sobrevivido. ¿Por qué? La explicación es larga y complicada, voy a intentar darle sentido.

Hace algo más de un mes, mientras intentaba ver El padrino II sin haber visto El padrino I - una clara metáfora de mi manera de proceder en la vida (y así me va), recibí un mensaje de Facebook. La mitad de la troika-pero en bien se manifestaba. Dejé por un momento a Michael Corleone y leí el mensaje. F., la mitad de la troika-pero en bien, había estado escuchando éxitos de los 90 en Argentina y al oír uno de ellos se había acordado de mí. Era el siguiente:


Siempre tengo un sentimiento contradictorio cuando alguien se acuerda de mí al escuchar un producto musical bruto. La cabeza hace que me plantee durante unos segundos la imagen que ofrezco a los que me rodean, pero luego el corazón me da saltitos de alegría. En este caso, más de lo segundo. Sea como fuere, la conversación derivó en un monográfico de cumbia trash. Y ese monográfico derivó a su vez, pese a las reticencias de F. por el hecho de haber tomado una decisión unilateral sin la aprobación de la otra mitad de la troika-pero en bien (no sé si tienen derecho de veto), en la promesa de un especial de PMB sobre cumbia (cumbia villera, según descubrí más tarde en el curso de mis investigaciones).

El caso es que, después de pactar el especial cumbia me di cuenta de que, como de costumbre, me había tirado a la piscina sin mirar si había agua. Yo no tengo ni idea de cumbia, y Tenerife es lo más cerca que he estado de Argentina en mi vida. Así que dejé que otros temas pasaran por delante. Un mes después, aún con la cumbia en la cabeza, merendaba frente al televisor mientras seguía los fastos de la proclamación del nuevo papa (que me gusta el oropel). Y cuando después de lo de"Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam; Eminentissimum ac reverendissimum Dominum, Dominum Georgium Marium Sanctae Romanae Eccleasiae Cardinalem Bergoglio Qui sibi nomen imposuit Franciscum" la locutora dijo que se trataba de un cardenal argentino, me dije: SEÑAL.

papa Francisco

Pero lo dejé correr, no me sentía preparada. Sin embargo, unos días más tarde, me vino a la cabeza una idea: alguien le debía haber dedicado una cumbia al papa Francisco. Así que busqué en Google: "cumbia papal" y oh sorpresa, apareció ante mí una noticia de ese mismo día cuyo titular rezaba (nunca mejor dicho) así: "El papa Francisco, inspirador de cumbias, tangos e incluso un rap". Se lo dije a F., convencida de que era una (otra) señal: "Somos claramente visionarias", me contestó ella, ante este documento:


Pero la verdad es que la inspiración seguía brillando por su ausencia, tras el momento DJ embajonado me había quedado seca. Me documenté, pese a todo. Pedí a F. asesoramiento sobre la idiosincrasia argentina, temerosa de herir susceptibilidades nacionales, y fui remitida a este sketch


No supe qué decir; pensé: "¿y si con mi post ofendo a alguno de mis lectores argentinos?" Y repensé: "¿Qué lectores argentinos? A lo sumo una". Y con todo, me volví a desanimar. Y así llegamos al día de ayer. La Semana Santa, los días libres y la visita de A., la otra mitad de la troika-pero en bien, enviada, estoy segura, por F. con el claro propósito de convencerme para escribir de una vez por todas el especial sobre cumbia, porque, maldita sea, soy incapaz de decirle que no a A. Y aquí estoy, escribiendo. Decidme que a estas alturas de la historia aún os interesa la cumbia villera, porque peligra la vida de la artista. 

Atención a mi proceso de documentación: Wikipedia. "Cumbia". "Cumbia" > "Cumbia argentina" > "En años recientes la cumbia sonidera proveniente de tatatatata... se ha fusionado con el estilo de cumbia peruana para formar la actual cumbia villera, aunque por separada de ést..." a veeeer... > "Cumbia villera"... "Es una corriente de la cumbia argentina cuyas bandas y cantantes abordan frecuentemente en sus letras temáticas relacionadas al sexo, las drogas, el alcohol, la delincuencia"... Pibes Chorros... Damas Gratis... Flor de Piedra... esto es lo que me pasó F., BINGO. Mi conocimiento sobre la cumbia villera se reduce a lo que he leído en Wikipedia (tengo un saber wikipédico) así que me parece más útil remitiros al artículo original que reproducirlo aquí. Centrémonos, en cambio, en los sentimientos. En los tres motivos por los que prometí escribir sobre la cumbia villera y por los que no había olvidado mi promesa:

1) El mensaje: la cumbia villera nació, me dice mi Wiki de mis amores, en las villas miseria de Buenos Aires, y el ámbito temático de las letras abarca desde las drogas hasta la delincuencia, entroncando con una tradición de canción lumpen en la que podríamos inscribir, por mencionar un elemento más cercano, a nuestros Chichos. Hoy me siento socióloga, y también mencionaré el sentimiento de pertenencia al barrio y la lealtad al grupo. Para muestra, Sos un botón, de Flor de Piedra. "¡Sufre por hacerte policía!"


Mi querida Wiki también me dice que la temática del sexo suele estar presente en las letras de la cumbia villera. No sabía muy bien cómo introducir Colate un dedo de los Pibes Chorros, pero en fin, tampoco hace falta estudiar literatura comparada:


2) Los cumbierosFrikipedia dedica a los cumbieros una entrada poco halagadora, a ella os remito, a falta de datos propios. "Lo chungo es poner 'cumbiera' en Google Images", me dice F. Y lo hago, y entiendo por qué me lo dice. Probad. Si estéticamente os recuerdan a los canis, o a las chonis, enhorabuena, vuestras condiciones perceptivo-cognitivas están en perfecto estado. A los cumbieros, como a los canis, se les podrán echar en cara muchas cosas, pero los cumbieros, además de mantener la industria del chándal, tienen CÓDIGO. Y eso me toca la fibra.


No solo eso: los cumbieros son inclusivos. Puede que a veces quieran matar a sus enemigos, como todo hijo de vecino, pero en condiciones normales incluso los más peques tienen cabida en el movimiento. Me emociona ver esta actuación de Flor de Piedra y a los niños bailando con la mítica Jarra loca, que básicamente va de echar drojas en la bebida y eso. HAMOR:


3) El keytar. El keytar (de keyboard y guitar) es un objeto simbólico suficientemente poderoso en sí mismo como para merecer la atención de este blog. El teclado guitarra es a la cumbia villera lo que el ukelele al folk, solo que mola más. Me gusta el keytar por su sonido melodioso y porque era el instrumento que más lo petaba en mi infancia. Querréis ver un keytar molón: el de Pablo Lescano, de Damas Gratis. En su máximo esplendor en esta performance de Quiero vitamina: "del baile me vengo ahi que pedo tengo / no puedo caminar de tanto jalar / estoy re cantina yo quiero vitamina" - pura poesía:


Os he explicado los motivos por los que tomé tan en serio la propuesta del especial sobre cumbia, pero creo que realmente no he hecho un especial sobre cumbia. Quizá porque F. me dijo que el día que hablara de este tema mataría a mis lectores. Igual debería haberos puesto en antecedentes sobre el contexto histórico y sociocultural en el que se desarrolla la cumbia villera, o sobre las diversas influencias que recoge el género. Pero me daba pereza. Lo dicho, ver El Padrino II antes que El Padrino I. Eso es lo mío. Lo importante es que, a los 20 días, Producto Musical Bruto resucitó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario